
Una vez que hayamos revisado, valorado los riesgos y condiciones del entorno del establecimiento debemos analizar el/los edificios que conforman el mismo. Para lo cual tomaremos como base la normativa vigente de protección contra incendios y accesibilidad (actualmente del CTE DB-SI y DB-SUA) con carácter general y tendremos en cuenta el uso del edificio en situaciones críticas previamente identificadas.
El CTE DB-SI establece requisitos específicos además de los generales para unos usos en general, pero en ocasiones es necesario concretar medidas complementarias. Como ya dijimos existen normas propias en las CCAA y Ayuntamientos importantes, que complementarán al CTE citado (que marca los requisitos mínimos). Si estamos valorando un edificio construido hace años y no cumple todos los requisitos de la normativa vigente hay que acudir a las normas que existían durante la elaboración del proyecto y construcción del mismo (si han existido modificaciones, se aplicarán las sucesivas normativas en la parte modificada y en las vías de evacuación alteradas).
Para un edificio multiusos, uno de los apartados en los que el análisis ha de ser más concienzudo es en el de las salidas de emergencia y recorridos de evacuación. ¿Pero cómo se sabe si son suficientes y están bien situadas las salidas?
Imaginemos la típica cancha polideportiva, en la que además de celebrarse partidos se quiere valorar la posibilidad de organizar otro tipo de eventos (conciertos, comidas populares, etc.). Al organizar un evento con público en la cancha el aforo de la misma aumentará exponencialmente en relación al establecido durante un partido de basket, por ejemplo, en el que la cancha es ocupada por los jugadores, técnicos y árbitros, principalmente.
Para calcular la capacidad del recinto tendremos que dividir la zona en dos partes: cancha y grada. Y puede haber dos casos muy distintos, uno en el que la cancha esté comunicada con la grada y en la que no lo esté. Es muy importante también considerar los asientos si los hay y su distribución.
En primer lugar, calculamos la “ocupación” multiplicando los m2 de superficie “útil” por la densidad de ocupación asignada por el DB-SI según los usos; la cifra obtenida no es el “aforo” ya que deberíamos disponer de las salidas suficientes para evacuar al número de personas obtenido. Por lo tanto, pasaremos a valorar las salidas de la cancha sumando las anchuras de todas las puertas y pasos que existan en ella y que comuniquen con una salida de planta o de edificio, a la cifra obtenida le restamos la anchura de la vía de o salida con mayor capacidad, en la hipótesis más desfavorable de bloqueo de esta (si hablamos de evacuación horizontal multiplicaremos los metros lineales disponibles por 200 personas/m).
Pero tan importante como el número de salidas y su capacidad es la distribución de estas; el CTE establece en qué ocasiones debe de haber más de una salida, y si la hay exige que estén separadas unas de otras con una serie de condiciones. No sería ni lógico ni seguro que una gran sala tuviese concentradas todas las puertas en un único lugar. Además, las puertas de evacuación deben colocarse separadas de las de uso habitual, preferiblemente.
Siguiendo con el análisis, valoraremos las gradas. Si están comunicadas con la cancha hay que tener en cuenta los flujos de personas entre las dos zonas y las alturas de evacuación para limitar los aforos y controlar que nunca se superen. Es esencial el control constante de las puertas y vías de evacuación para prevenir accidentes graves. Ni que decir tiene que mientras el recinto permanezca ocupado TODAS LAS SALIDAS PERMANECERÁN OPERATIVAS Y LAS VÍAS DE EVACUACIÓN ESTARÁN LIBRES DE OBSTÁCULOS Y SIN OCUPACIÓN. Suele darse en ocasiones la presencia de personas sentadas en las escaleras de las gradas, pasillos ocupados por barras de bar, vallas, salidas cerradas con llave, etc. En el caso de que la grada no esté comunicada con la cancha, se valorará de forma independiente, debiendo contar con vías de evacuación propias.
Todos los cálculos y requisitos exigidos a los edificios y a sus instalaciones NO SIRVEN DE NADA si no se usan para los fines que fueron diseñados y son controlados POR PERSONAL COMPETENTE Y EN NÚMERO SUFICIENTE.